Aunque el mundo de la madera parece ser un mundo de hombres, lo cierto, es que 8 de cada 10 decisiones las toman mujeres. Al menos en lo que respecta a muebles y decoración. Ellas son las que se preocupan por el diseño, el color o el aspecto de los interiores.

La madera no es sólo la materia prima para la creación de muebles y espacios, también es empleada para la creación de papel. Y aunque hoy la informática ha reducido el consumo de papel, a día de hoy, seguimos malgastando este bien preciado. A modo de ejemplo, si todos los lectores en papel de The New York Times reciclaran el periódico, evitaríamos la tala de 75.000 árboles al año. Pero no es todo. Un solo árbol produce el oxígeno que necesitan dos personas al respirar.

Preservar los árboles e implantar una política medioambiental destinada a la preservación es necesario y urgente. Porque un árbol puede consumir una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.

La madera siempre ha sido valiosa, pero sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial. Al menos, para los premiados con el Oscar de aquellos años. La demanda de metales era tan elevada para la industria de armamento con el fin de atender las necesidades bélicas, que hasta las estatuillas doradas se vieron afectadas. De 1939 a 1945 los óscar se fabricaron con madera policromada.

La preservación de los bosques es fundamental para la vida. Sin embargo, no todo lo que reluce es oro, al menos para nosotros. De hecho, hay árboles peligrosos.

 

Cuidado con tocar los árboles

Y la toxicidad está en hojas, flores, tronco, ramas, raíces o frutos. Incluso las semillas pueden ser tóxicas.

Entre ellos, el manzanillo está considerado el árbol más tóxico del mundo. También se le conoce como Manzanilla de la Muerte. Este árbol posee una apariencia de manzano, aunque por suerte vive en América. El fruto de este árbol también se parece a la manzana pero más pequeña, y atrae por su agradable aroma, lo que es aún más peligroso. Su ingesta provoca quemaduras en todo el sistema digestivo llegando a causar la muerte. También puede ser arriesgado acercarse a él porque su tronco produce una especie de salvia que también provoca quemaduras graves al tocarlo. El contacto con los ojos puede provocar hasta ceguera. El manzanillo de la muerte vive en las costas desde México hasta Colombia.

Aunque este árbol no puede quedar muy lejos, no debemos perder de vista a la adelfa. Su presencia en arbustos en nuestras calles es muy habitual. Pedo cuidado, porque todo en ella es venenoso. Bueno, todo no. Como se suele decir, la diferencia entre la medicina y el veneno está en la dosis. La adelfa presenta propiedades medicinales contra la sarna. Aunque en nuestro país está prohibida su venta.

No es la única planta cuyo uso se encuentra a medio camino entre la medicina y el tóxico. El ricino es un veneno potente, aunque tradicionalmente se ha utilizado para el estreñimiento. Pero cuidado, es una de las toxinas biológicas más potentes que se conocen. Aún así, la ricina puede eliminarse mediante un proceso de calentamiento específico, usado por ejemplo para fabricar el famoso aceite de ricino, tan apreciado en pintura y bricolaje.

Seguro que has oído hablar del tejo. Un arbolillo de copa piramidal, muy común en España, cuyo nombre nos resulta amigable no parece que pudiera ser venenoso, pero lo es. En todas las partes, excepto la envoltura roja que rodea el fruto, es venenoso. Las hojas, las ramas y la madera contienen un alcaloide muy tóxico llamado taxina que provoca convulsiones, hipotensión y finalmente la muerte.